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Para Antoni Miró

Isabel Clara Simó

Para Antoni Miró, el mejor pintor del mundo 

Cuando la luz está dentro
estalla en el lienzo, fácilmente,
y hace curvas sensibles, algún
rostro, un amanecer dorado
y una mujer acostada, ofreciéndose.
 

Cuando el fuego está dentro
y hierve, y los colores se
disponen solos, cada uno
en la forma oportuna, y
querrías llorar cuando lo
miras, y gritar. Y hacer un paso.
 

Cuando la vida es dentro
y Toni la voz, cara a cara,
y de un trago bebe la tierra
y la patria, y la pone en la
tela. Te agujerean la piel
los ojazos de Picasso, y
el dolor del oprobio.

Mortadelo hace lenguas
a los jerarcas centrales
—acero y hielo la mirada mortal—.
 

Cuando el talento es adentro
y es tan fácil pintar, pulcramente
el latido del nítido perfil
de unas caderas que parecen de carne.
 

Cuando se es Antoni Miró, un pintor que
fabrica el misterio del arte,
palmo a palmo, y yo lo veo
y me gusta mirar orgullosa
a la gente y decir en voz alta:
«¿Veis? Pues es mi amigo…».