Stop desnonaments
El drama de los desahucios fue especialmente grave durante el año 2013 en España. Las durísimas consecuencias que sufrían las familias afectadas provocaban una indignación social y las continuas manifestaciones para reivindicar la dación en pago además de la articulación de otras diversas medidas. Fue ese mismo año cuando se dictó la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que estipulaba que la legislación española en esta materia vulneraba la normativa comunitaria.
Antoni Miró, ante esa situación que afecta a las clases más bajas de la población, elabora una obra de denuncia dentro del contexto de la serie “Mani-Festa”. Un grupo concreto de manifestantes iba a representar al conjunto en toda su amplitud. Destaca una persona sobre el resto. Es la que, levantando el brazo, advierte con sus gritos de la injusticia. No ocupa la parte central de la imagen, pero asume en su presencia la predominancia.
La fidelidad hiperrealista con la que se trasladan al cuadro los ciudadanos allí presentes coexiste con una distorsión de la realidad en lo que respecta al fondo y a las pancartas. Para centrarse en la cuestión social, se elimina cualquier ruido visual que pudiera introducir el fondo en la imagen. Este se tiñe de un rojo intenso, totalmente plano. Se anteponen a él los carteles que sujetaban los manifestantes, aunque con textos, formatos y colores modificados, aspirando a hacer más y mejor legibles los mensajes.
En definitiva, esta obra se mueve entre un homenaje a las personas reales que defendieron en aquel momento los intereses de los mayorías sociales desprotegidas y un acto de mejora de las cualidades propagandísticas de la escena, incidiendo en el aumento de su potencialidad semiótica, al aislar los mensajes de protesta y estilizarlos. José María Iglesias ya había aludido a esa mecánica para periodos anteriores: “Selecciona la imagen y nos la presenta en su mejor definición, manipulada, si se quiere, al arrancarla de contexto, pero para potenciar, por una parte, su poder denunciador de contenido y, por otra —y esto es importante— su cualidad formal, de obra de arte en suma”.
Santiago Pastor Vila