Primavera àrab

Esta obra se inscribe en la serie “Mani-Festa”. Como bien ha explicado Josep Sou, “la contemplación, la lectura y posterior aprendizaje” de esta propuesta artística de Antoni Miró “nos dirige hacia los comportamientos sociales que es necesario reafirmar sin claudicaciones”: la esperanza de esta multitud de mujeres vestidas con hiyab se corresponde con uno de esos gritos de ilusión compartida que hay que afianza.

En febrero de 2011 se produjeron en Egipto diversas manifestaciones que condujeron a la caída del régimen de Mubarak, dentro del proceso más amplio de emancipación y empoderamiento civil que se denominó primavera árabe. Esta imagen se corresponde concretamente con una protesta en Alejandría. Las mujeres que salieron a las calles aspiraban a la democratización del país y a la igualdad entre géneros, que les estaba vedada a causa del fundamentalismo islámico.

Las imágenes que captaron los medios de comunicación de aquella fiesta ciudadana permitían reconocer los vientos del cambio. Antoni Miró recrea una de esas escenas, convirtiéndola en uno de sus cuadros porque esa es una forma, tal y como indica Fernando Castro, “de enfrentar la historia partiendo de referencias cívicas, haciendo comprensible aquello que nos preocupa”.

El artista, en la reelaboración pictórica de la imagen, altera algunos de los colores de las prendas para mejorar la vibración cromática del conjunto. Intensifica el optimismo que se denota en los rostros y en el único par de manos que queda a la vista.

Destaca, gracias a la posición específica de las tres banderas que se muestran, la presencia de una niña que acompaña, probablemente, a su madre, como confiando en que el futuro traerá las reformas esperadas.

Santiago Pastor Vila