Miró en la Habana
Marisol Martell
... pero el caso es que tenemos mucho en común bajo un cielo más o menos azul...
J. M. Serrat
Hacer la presentación de un amigo en algún sitio o en nuestra propia casa no resulta nada complicado, sin embargo, presentar la obra de un pintor ya apunta sobre un comprometimiento profundo. Tal vez lo más sencillo fuera aludir a una estrategia fácil como decir que Antoni Miró es un artista valenciano respaldado por una vasta obra donde reza lo impecable de su técnica y por lo tanto una excelente facturación. Pero no, preciso hablar de aquello que me seduce y dejar a otros críticos -aunque en ocasiones me asiste este crédito- el minucioso examen formal.
Me asombra de Antoni Miró su capacidad de creación, la cercanía con sus obras, con sus formas. De mirada aguda, revela un mundo que también a nosotros nos circunda y en el que quizás no hemos reparado. Pueden ser sus bicicletas, las nuestras, el erotismo que hay en sus piezas también el de las gentes de acá. Son sus símbolos, sus colores, sus formas, su universo al que nos es fácil penetrar porque de alguna manera es también nuestro universo.
Miró desarrolla su poética a partir de una imaginación muy peculiar y deudora evidentemente, de su acervo cultural, que le ha permitido desarrollar un sexto sentido para establecer una relación muy interesante entre su quehacer plástico y su objetivo conceptual. Sus personajes habitan en un mundo sui generis, con ambientes muy placenteros y enigmáticos. Juega constantemente con el espectador a través de una muy fina línea de humor y en ocasiones, de ironía que nos atrapa y pone en función de sus ideas. No es casual entonces que ante sus dibujos eróticos nos sorprendamos al ver la apropiación que ha hecho de la iconografía griega de las ánforas con la malicia de una sonrisa.
Así pues, extiendo como carta de presentación este grupo de grabados que son embajadores de toda su obra y tengo la certeza de que por esta vez oiré al unísono, en muchas voces, aquella frase de “el gusto es mío”. Miró a La Habana es más que una gran exposición, es un encuentro que nos debíamos quienes tenemos tanto en común.