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El arte compartido, eterno. Intertextualidades y espacios comunes

Carles Cortés

“Ell amb els pinzells, ella amb les paraules. Antoni Miró i Isabel-Clara Simó són dos amics de fa molts anys [...] Tots dos pertanyen a una mateixa generació, la dita dels 60-70, van nàixer en un mateix lloc, Alcoi; tots dos han cregut i participat en moltes aventures col·lectives per una pàtria-màtria més somiada que possible, han lluitat per un món millor des de l’art propi i la pròpia consciència”
Josep Piera

Medianoche en el Sopalmo, cortijo taller cerca de Alcoy, en el País Valencià. Antoni Miró, uno de nuestros protagonistas, pinta en el silencio de la habitación a su estimada amiga. Suena de fondo Feliu Ventura, amigo íntimo y cantautor de Xàtiva. Al mismo tiempo, las palabras forman versos penetrantes y sinceros, de esos que te abren los cerrojos del corazón de par en par, en la oscuridad del alma. Son de Isabel-Clara Simó, la otra protagonista. Pintor y escritora comparten lenguajes, cambian impresiones con sus diferentes enseres en espacios expresivos coincidentes. Unos vínculos que demuestran la famosa sentenciosa horaciana ut pictura poesis que ha sido contrastada a lo largo del tiempo por teóricos y expertos en literatura comparada e interacción entre discursos, como Daniel Bergez, Joseph Joubert o García Berrio, entre otros.

Por su parte, la escritora afirma que “estem davant d’un home que treballa sense parar i sense abaixar mai el llistó. Estic parlant d’un geni, que es diu Antoni Miró”. Mientras tanto, el pintor se aclama a su amiga en unos versos sin lienzo. Antoni Miró no es un poeta, ¿o sí? Aún así, es artista autodidacta y ha bebido de las fuentes de los escritores más importantes del panorama de la literatura escrita en catalán, como Miquel Martí i Pol, Salvador Espriu o Vicent Andrés Estellés, y así lo demuestra: “quins vents desbrossen els teus amagatalls de saviesa que trobem a les palpentes”. Los dos amigos sufrieron la censura creativa en la ominosa posguerra. Sus vidas son los espejos de sus obras. La lucha antifranquista por las libertades de los pueblos, por la supervivencia del arte y la literatura en una lengua prohibida y bastante perseguida durante los sesenta y setenta, que a estas alturas todavía está considerada por algunos como una lengua de segunda. Una analogía de los dos lenguajes que ha sido estudiada por M. Carmen África Vidal Claramonte, quien ejemplifica cómo se puede llevar este tipo de análisis comparativo a través de casos concretos de escritores y artistas durante las tres primeras décadas del siglo XX en París. Como bien pueden ser la interacción entre William Gaddis y Julian Shnabel, por un lado, y Kathy Acker y Sherrie Levine, por otro, al mismo tiempo que analiza la obra de René Magritte, Ruscha Cobo y James Lee Byars.

Estas coincidencias ideológicas y personales de nuestros protagonistas son básicas a la hora de entender los paralelismos conceptuales de las creaciones respectivas. Una línea de análisis que sigue la analogía de contextos, la comparación entre productos artísticos que obedece a la voluntad de expulsar el trasfondo extra literario común de los varios miembros de la comparación.

Ya desde Barcelona, Isabel-Clara Simó inicia su trayectoria como escritora. A partir de aquí nunca dejará de escribir, obsesivamente. Cuentos, novelas y unas últimas poesías nos han hecho herederos de una obra que forma un lienzo coral e inmenso de personajes y formas bajo su emblema: “la literatura és un art, no un pamflet ni una eina de combat”. Simó nunca ha sido considerada poeta hasta su última etapa, sutilmente reivindicativa: “T’han dit estúpida i vulgar. I ho han fet amb les armes més terribles: aquells que et fan sentir vertigen de tant d’amor com hi aboques”. Los antecedentes de estos versos incluidos en su poemario La mancança son otros poemas publicados en su ópera prima, El conjur, 2009. A pesar de la distancia Barcelona-Alcoi, Miró y Simó han mantenido siempre el contacto, los dos amigos intercambian confidencias, matizan aspectos de su trabajo conjunto e, incluso, emociones hacia otro amigo en común: el cantautor alcoyano Ovidi Montllor, recientemente homenajeado en su pueblo por sus 25 años de vacaciones:

Estimat Toni:
Per fi t’envio els poemes. Si no fos per tot el que t’estimo, no hauria fet l’esforç de sacrificar quasi tots els grafismes -no em mereixes, ostres- davant dels teus dubtes que ja saps que respecto moltíssim. Ara ha quedat quasi escurat, amb 4 o 5 punyetetes que espero que incorporaràs al text. Fins la “O”, que m’agradava tant, te l’he simplificada. Apa: tu guanyes. Alcoià havies de ser, tossut més que tossut.
Barcelona, 2 de novembre de 1994

Isabel-Clara Simó

Los poemas a los que se refiere la escritora forman parte de una publicación ABCDARI AZ. Una muestra formada por veinticuatro tablas de letras del abecedario pintadas por Miró en 1993 y presentadas todas por un poema de Simó. Un conjunto pictórico de gran regularidad visual, donde dominan las tonalidades azules y violáceas y desde donde sobresalen las letras del abecedario que alternan los colores predominantes en cada pieza. Cada tabla va referida a una letra, con la excepción del vigésimo primero, que agrupa tres letras (U-V-W), un recurso del artista para dotar de regularidad el mural resultante. En relación a los poemas, todos de verso libre, hay que citar el uso que Simó hace de figuras localizables en la literatura clásica grecolatina, como también en la tradición bíblica y que no mantienen ninguna relación con los dibujos de Miró. Un trabajo conjunto icónico que no deja de sorprender al espectador, así como el artista también lo hizo en 1994 en Suite eròtica, veinte aguafuertes que serán un homenaje al erotismo del mundo clásico grecolatino, junto con un poema de la escritora Isabel-Clara Simó, “Sexe bell”, que es incorporado en la carpeta de aguafuertes: “Que no ho veus, que hi ha vida en els membres bategants que cerquen els badalls humits que són la font de fonts, l’origen?”

El erotismo del mundo grecolatino, un nuevo espacio de creación compartido entre los dos amigos, tal y como ya avanzábamos en nuestro estudio publicado en 2007: ABCDARI AZ (1995): poesia i pintura d’Isabel-Clara Simó i Antoni Miró. Pero el primer poema que escribió Isabel estuvo dedicado a la figura de su amigo Toni en 1987 y que llevaba el título “Per Antoni Miró, el millor pintor del món”, publicado por primera vez en el libro Trenta al cercle vers Antoni Miró, una recopilación de varios testimonios poéticos que homenajean al pintor. Posteriormente, en 1999 también fue incluido en la monografía Prohibit prohibir.

Además de los poemas de la escritora, tenemos que hacer alusión necesaria en todos los textos y prólogos de los numerosos catálogos en los que la obra de Miró ha sido el punto de referencia para la escritora: El dòlar. Antoni Miró con prólogo de Isabel; Suite eròtica (a Grècia fa 2.500 anys). Món d’Antoni Miró, escrito por Isabel-Clara Simó y con fotografías de Faust Olcina. El prólogo de la primera biografía, escrita por Gonçal Castelló; 20 aiguaforts d’Antoni Miró; Antoni Miró. Els ulls del pintor; L’Ovidi popular. 21 anys de vacances; Mireu l’Ovidi: el Convent, espai d’art; Prohibit prohibir: Antoni Miró. Antològica 1960-1999; Antoni Miró: “Vivace”; La volta d’Antoni Miró; Les bicicletes d’Antoni Miró; Viatge interior; Volem l’impossible Antoni Miró: antològica 1960-2001 o El Tribunal de les Aigües, entre otros textos y colaboraciones en los que Isabel-Clara Simó ha participado (“Els ulls del pintor”; “Les impostures”; “Silencis i crits”; “Ser pintura” o “Mira Miró”).

En los últimos años, Miró se ha encargado de pintar a Isabel-Clara Simó en diferentes momentos de su vida. Desde 2012, un retrato de la escritora se repite en diferentes catálogos, como por ejemplo, en la serie “Personatges”, abierta todavía a la búsqueda de nuevas imágenes de ilustrísimos del mundo de la cultura. Este es el mismo retrato que aparece a la serie “De mar a mar. Antoni Miró”, con un texto introductorio de Josep Sou que demuestra nuevamente la interrelación entre escritora y artista: “Un senyal d’identitat. Una ferma amistat traçada al llarg dels anys i de la feliç concurrència. Un munt de projectes de línies escrites o de llenços amerats per la substància d’un afecte irreductible”. Al año siguiente, el artista pinta el rostro juvenil de una Isabel que todavía vive la oscuridad del franquismo, sorprendentemente la encontramos con una mirada firme y alegre. La misma obra está incluida en el catálogo Personatges. Antoni Miró, en el espacio cultural Sant Domènech de Xàtiva, y también dentro del catálogo que lleva el mismo nombre del espacio cultural Menador de Castelló. Encontramos un acrílico que tiene su origen en el año 84 en la masía Sopalmo bajo el título “Sóc Isabel”. Miró también ha cultivado a lo largo de su vida la escultura. Hablamos de las conocidas elaboraciones de acero Corten “Estimada Isabel”, marzo del 2013, de 187 x 240 x 40 cm, y la otra de 202 x 250 x 40 cm situada en la misma masía Sopalmo. Además, el artista produce al menos unas cincuenta pequeñas esculturas que están repartidas por todo el país.

A pesar del reciente deceso de Isabel-Clara Simó, la relación entre ambos amigos continúa. De hecho, la escultura “Estimada Isabel” acompaña sus cenizas al cenotafio del cementerio de Alcoi, justo al lado de su querido Ovidi. Y no solo esto, a buen seguro nos sorprenderá bailando nuevos tangos de pinceladas con la autora.

Para acabar, tal y como podemos comprobar a partir de la combinación de lenguajes, técnicas y recursos diversos, artista y escritora nos plantean una estrategia de inversión comunicativa que nos remite a la sintaxis, la semántica y la pragmática de la obra con la mezcla de los recursos estilísticos del lenguaje. Hemos observado, en definitiva, como este trabajo conjunto es una muestra más de la interacción de los nuevos lenguajes visuales con la literatura. Unos parecidos que la crítica ha apuntado a lo largo de la historia, como es el caso de la conclusión del ensayo Littérature et peinture de Daniel Bergez: “Décrire n’est d’ailleurs qu’un intensif du verbe écrire: le partage d’un meme lexique entre littérature et figuration semble renvoyer à une même fonction essentielle.”