La mirada poética de Antoni Miró: Pintura y poesía
Seduce contemplar la íntima realidad que alberga la poética pictórica del artista Antoni Miró. Causas y concausas se afianzan en la resolución de ecuaciones elementales: los poetas quieren al artista y el pintor renueva sistemáticamente su querencia hacia el mundo de la poesía. Claros ejemplos determinan la aseveración: Espriu, Estellés, Martí i Pol, Alberti, entre otros, han depositado su generosa mirada en la obra plástica del pintor, y el artista eleva a categoría de arte la presencia de los poetas. Diríamos que una comunión ditirámbica ejerce de maestra de ceremonias en el encuentro por la belleza.
El profesor García Berrio nos asegura que el lenguaje poético padece, por su natural creativo, una especie de enfermedad manifiesta, y que lo separa, inevitablemente, del lenguaje coloquial diario. Al mismo tiempo que Simónides de Ceos manifiesta, que la pintura es como una “poesía muda”, toda vez que la poesía es una “pintura con palabras.” Sea como fuere, nos resulta inevitable concluir acerca del postulado horaciano: ut pictura poesis, cuyo valor renueva la ilusión de comportamientos afines entre la poesía y la pintura.Así, el artista Antoni Miró visita con frecuencia el ámbito poético, por vocación innata y por convencimiento de los valores que templan la palabra poética. Tanto como es frecuentado, el artista, por la voluntad irrefrenable de los poetas que, tocados por el aura mágica del pintor con su obra, elevan versos y prosas hacia el éter convergente de la sensibilidad.
Josep Sou