El no didactismo creativo: El teatro épico de Brecht y la pintura social de Antoni Miró
Ya, en otro espacio reflexivo expresado con anterioridad, hemos puesto en valor el encuentro que se puede establecer entre estos dos artistas pertenecientes a disciplinas diversas, la literaria y la pictórica, aunque convergentes en la especificidad del abordaje, tanto estético como conceptual, que manifiestan ambos cuando establecen sus códigos creativos.
Así, en muchas de las obras teatrales del dramaturgo alemán: Madre coraje y sus hijos, La buena persona de Sezuan, Terror y miseria del III Reich o el Círculo de tiza caucasiano, pongamos por ejemplo, Brecht rompe con la emoción romántica, incluso con la identificación emocional con los personajes, dejando de lado las bases aristotélicas de lugar, tiempo y acción, para residenciar el verdadero interés de sus propuestas en el aislamiento de cada una de sus escenas, para considerarlas como verdaderos universos particulares, y dirigiéndolas hacia la construcción final de la historia.
Ahora, desde la óptica artística del pintor Antoni Miró, observamos una enorme identificación, no sólo de los procedimientos, sino también de las intenciones, con las bases creativas utilizadas por Brecht. Y nos explicamos. El artista Antoni Miró rehuye el didactismo en sus trabajos creativos, y en las series que aborda (siempre como estrategia comunicativa), establece la historia global que nos quiere contar. Pero en cada una de sus partes constructivas, en cada cuadro, existe ese fragmento que como individualidad se une a la narración final pretendida. Antoni Miró busca, con rigor y autonomía, la belleza en sus propuestas compositivas. Sí, pero con la firme necesidad de informar, y también con la vocación íntima de despertar las conciencias de todos aquellos que se acercan a su obra. Y como decíamos, no se trata, así pues, de un didactismo melifluo, o poco exigente tras una operativa extraña, sin duda ahora podríamos hablar de la necesidad de remover las propias convicciones, obligando a una reflexión sobre los mecanismos que provocan la injusticia social. Lo que en Brecht era la autonomía de las escenas respecto del conjunto de la obra teatral, aquí, en Antoni Miró, cada cuadro es singular, y argumenta a favor de una cosmovisión enormemente amplia en cuanto a las relaciones espacio temporales se refiere.
Y, finalmente, las temáticas que ambos artistas, Antoni Miró y Bertolt Brecht, abordan en sus trabajos, incluso teniendo en cuenta la óptica de los tiempos que los separan, pero atendiendo las necesidades que el paradigma social ilustra, y a pesar del discurso que la historia concede, son muy próximas como podemos intuir: compromiso intelectual con su tiempo, la violencia de las relaciones humanas, el sinsentido que los enfrentamientos bélicos comporta, y la situación del hombre en el ámbito feroz de una sociedad capitalista.
Josep Sou