«A huis clos»: el naturalismo en Sartre y Antoni Miró.
Una feliz coincidencia resuelve que el dramaturgo francés escriba su obra «A huis clos» en 1944, año del nacimiento del artista Antoni Miró. Y lo que parece ser, o es, una mera coincidencia, también transciende al ámbito de los posicionamientos estético-conceptuales. Sartre establece la poética existencialista de esta obra teatral con la determinación de situar como protagonistas de la experiencia reflexiva a los espectadores. La acción que sugieren los personajes nada más culmina en la mirada del otro, en la ocupación de un espacio reducido y casi impracticable, ya que l’enfer c’est les autres. En otro orden de cosas, y bajo el prisma estético del pintor Antoni Miró, sus innumerables propuestas en el espacio social, conceden licencia de interpretación, tras la interpelación constante a los espectadores de su causa creativa. La mirada del pintor y la dramaturgia del escritor conciernen, y necesitan del concurso del espectador, para cerrar la experiencia comunicativa.
Josep Sou