Rescat de migrants
Ha sido una constante a lo largo de su carrera que el sufrimiento de los desfavorecidos aflija al pintor. Por eso, Antoni Miró se ha referido explícitamente en muchas de sus obras a los males que les afectan. La angustia de los migrantes, que corren el riesgo de morir ahogados mientras tratan de alcanzar las costas del primer mundo, es un lamento que no desoye y que constituye la temática de fondo en este caso.
Integrada en “Sense Sèrie”, un marco clasificatorio que alberga diversas tensiones contemporáneas, esta obra une a la denuncia un hilo de esperanza, que parte de la labor que algunos ciudadanos desempeñan en las organizaciones que rescatan a estos otros navegantes sobre el Mediterráneo. Nuestro mar baña, en realidad, una misma órbita cultural: las raíces de nuestra civilización se hunden en una y otra orilla. Sin embargo, la fractura entre ambas hoy es insalvable para muchos. Las dificultades que impone la regulación para evitar que muchos de quienes traten de venir mueran conduce a que la solidaridad de algunos trate de luchar contra el previsible desenlace de la tragedia.
Se representa solo la intensidad de un abrazo, la de un encuentro entre una rescatada agradecida y una voluntaria. Se hace esto sobre un fondo neutro y con una especial condición material, la que proporciona una textura ligeramente rugosa formada con limaduras de bronce. El tono azul del atuendo de la migrante árabe remite al color que es propio del mediterráneo. Los cabellos claros de la voluntaria europea contrastan con él, dejando que el rojo de la goma con la que se recoge la coleta acentúe el contrapunto.
Puede apreciarse solo el rostro de una de las mujeres, pero se intuye el gesto expresivo de la otra. Es indudable que se funden dos fases de gratitud que hacen crecer la confianza en que las realidades que depare el futuro puedan ser mejores para todos.
Santiago Pastor Vila