Assetjada

En la subserie “Nus i Nues”, Antoni Miró afronta la representación naturalista de los cuerpos humanos, a escala real, o incluso mayor, y con profusa definición. Centrarse en mostrar la desnudez implica abordar en términos directos, sin obstáculos ni prejuicios, una vertiente de nuestra presencia que suele quedar vedada a los otros.

En esta obra, la visión que se ofrece de una mujer queda al margen de cualquier idea de fragilidad. De hecho, aparece enfrentando un asedio de forma rotunda. Pretende frenar a quien le acosa por la espalda, girándose con decisión, mirando fijamente y en actitud exclamatoria. Expresa de forma inequívoca una negativa. Asertivamente dice basta, revestida de un fuerte empoderamiento que no entra, sin embargo, en contradicción con su presencia desnuda.

El pintor refleja un cuerpo en equilibrio, desplazado hacia la izquierda en el lienzo, orientando toda tensión hacia el lado opuesto. De cara al lado contrario, dirige la mirada, el brazo izquierdo extendido y profiere su “no”. Su mano derecha extendida, indicando a quien trata de atacarla que pare, adquiere una relevancia muy importante, concentrando en el eje central del lienzo el sentido que el pintor pretende transmitir.

En la definición de la figura conviven la idealización y la sujeción a la estricta realidad, como es el caso, por ejemplo, de la reproducción de unas marcas en la piel a la altura de su cintura. La similitud entre la tonalidad oscura que constituye el plano neutro de fondo y el color castaño del cabello exige que se produzca una sobreiluminación en su límite. Esto último refuerza, además, la preponderancia visual del tercio central superior de la composición, en el que el rostro y la mano reúnen toda la carga significativa de la imagen.

Santiago Pastor Vila