Mir i Merigó
Antoni Miró ha abordado los desnudos profusamente a lo largo de su carrera. En ocasiones, la sensualidad de los cuerpos ha sido un vehículo de transmisión de una determinada idea, ajena a la naturaleza de dicho soporte. En otros casos, no se ha superpuesto ningún concepto adicional a ellos y se ha recreado con fruición en la propia belleza de los mismos. La reciente subserie “Nus i Nues” se compone en muchos casos de obras de este último tipo. En algunas existe solo un hombre o una mujer; y en otras son dos las personas que aparecen. Los miembros de esas parejas interaccionan sexualmente entre sí y ese encuentro es el que el artista se propone representar. No busca con ello más que abundar en un ámbito propiamente humano, lejos de cualquier ansia transgresora.
En este gran cuadro, a una escala muy superior a la real, se desarrolla pictóricamente un fragmento de un abrazo visto lateralmente. El cruce entre los brazos se antepone al resto y aparece explícitamente ante nosotros con una clara rotundidad, aunque esté sutilmente modelizado, gracias al hecho de emplear gradaciones de iluminación y manifestar las direcciones de las pinceladas. Uno de los senos de la mujer se acerca a ese primer plano, pero el resto de las partes de los cuerpos que aparecen se dejan en uno posterior, más oscurecidos. Así, por el contraste entre esos dos niveles de profundidad, consigue diferenciar el grado de detalle entre dos realidades situadas, verdaderamente, muy próximas. Con estas estrategias se puede mantener la verosimilitud al tiempo que se pone el foco en determinados elementos escogidos.
Santiago Pastor Vila