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La nova era

En una calle de la ciudad polaca de Lublin, un mendigo con la mirada perdida espera recibir ayuda mientras otra persona pasa de largo ante él. Es una escena muy similar a otras también pintadas por el artista durante estos años, aunque en este caso se pretende denunciar una cuestión de índole más general que preocupa al artista: la incorporación al capitalismo de los países del área de influencia soviética tras la caída de la URSS.

Con la entrada en esa nueva era, considera el artista que las diferencias entre clases se tornan inasumibles, haciendo más pobres a los que ya lo eran. Diversos autores han reflejado claramente cuál es la ideología del artista. Rafael Acosta, por ejemplo, escribió que “Toni Miró es un «intelectual de comprometidas posiciones de izquierda, un permanente denunciador y crítico de las injusticias sociales de la segunda mitad del siglo XX»”. Ahora bien, su producción “no se agota exclusivamente para ser un medio para la comunicación ideológica”, tal y como ha advertido Romà de la Calle, sino que “juntamente, se constituye en registro de una evidente comunicación y experiencia estéticas”.

Concretamente, el mendigo yace ante una fachada que muestra síntomas de agotamiento a pesar de lo que pudieran hacer creer las apariencias. Una esquina desportillada y unas pintadas de denuncia que se han querido ocultar, son los elementos con los que se construye la metáfora del clima social. Aparece junto a un escaparate del que el artista ha hecho desaparecer los productos en venta. La posición central en el lienzo del protagonista, que no haya objetos ajenos a la vista y que el otro personaje aparezca de espaldas contribuye a focalizar la tensión en el drama de la penuria sobrevenida.

La horizontalidad que inducen su mirada, la línea blanca del suéter del pedigüeño y las juntas sobre el muro contrastan con la verticalidad del personaje que camina. La quietud de quien espera colisiona con el movimiento de quien pasa de largo. La diferenciación entre las dos realidades, la del personaje pudiente y la del necesitado, se consigue también gracias a la distinción cromática que se establece entre el blanco de la gabardina y el negro de la ropa de la figura principal.

También Antoni Miró altera intencionadamente el color de las baldosas del suelo. Genera una especie de podio bajo el favorecido. No es que Antoni Miró “convierta lo marginal en pintoresco”, como ha advertido Fernando Castro. Antes al contrario persigue, como ha identificado el mismo crítico, “frenar la amnesia que sentimos frente al sufrimiento ajeno”.

Santiago Pastor Vila

LA NOVA ERA, 2009 / Lublin (Acrílic / llenç 65 × 65)Serie: Sense TítolSubserie: PobresAntoni Miro