Interludi
La conocida fotografía de Rosenthal que sirve como pretexto a esta obra de Miró, Raising the flag on Iwo Jima (1945), es uno de los documentos periodísticos que mayores cotas de relevancia alcanzó durante el pasado siglo. No en vano le fue concedido al autor gracias a ella el premio Pulitzer de ese mismo año y pasó a ser un útil instrumento de propaganda política en manos de las administraciones de los presidentes norteamericanos Roosevelt y Truman, en el tramo final de la II Guerra Mundial.
La intensificación del dominio de los EE. UU. tras la victoria de la II Guerra Mundial, supuso que la traslación de su estilo de vida al resto del planeta fue prácticamente generalizada en Occidente. La sociedad de consumo es, sin lugar a dudas, la asunción extendida del American Way of Life. Probablemente fuera ese el resultado más notorio de aquel conflicto y la Coca-Cola una de las marcas que mejor puede simbolizar dicho liderazgo.
El artista pretende denunciar los criterios mercantilistas en los que, en su opinión, se sustenta el imperialismo yankee. Lo hace identificando metafóricamente la Coca-Cola con la cocaína. Por eso simula unos colores distintos en la naturaleza, demostrando que la percepción del riesgo, por los soldados (o por los consumidores), está alterada. Es notoria la aplicación de tres intensos filtros cromáticos que tiñen artificialmente de rojo a los soldados, de violeta al peñasco sobre el que se encuentran, y de verde a las plantas que crecen entre las piedras. También destacan los burbujeos que dotan de cierta apariencia onírica a la composición. Y todas esas alteraciones, se producen manteniéndose incólume el abuso de poder que a su entender ejerce la primera potencia en la escena global, simbolizada por esta escena.
En su estrategia selectiva, el artista reduce la imagen de partida a sus dos estructuras significantes principales, que esta vez se mostrarán a color, a diferencia de la fotografía original: la bandera y el grupo de miembros del ejército que la izan, que quedan enmarcadas en dos áreas cuadradas de tamaño dispar que se alinean diagonalmente. El título de Interludio da idea, precisamente, de que son las guerras el amargo entremés que se produce entre el desarrollo de otras acciones de mayor alcance e importancia.
Además de un encuadre parcial determinado, y del añadido de algunos elementos ajenos a la imagen original para reforzar el mensaje (los botes de Coca-Cola), en esta pintura se produce una transformación y depuración de carácter esteticista. Hay detalles que así lo demuestran, como el hecho de que se afile la cañería que sirvió de mástil a la bandera, o de que se redibujen las estrellas haciendo variar decrecientemente su tamaño hacia la parte superior. Observamos también una eliminación del fondo, convirtiéndolo en un plano liso, sin las nubes de las fotografías y lejos de los tonos azules reales, para hacer destacar los elementos significantes más si cabe.
Santiago Pastor Vila