Expectació
Esta obra se integra en el “Tribunal de les Aigües”, que ha sido elaborada por Antoni Miró entre los años 2016 y 2018. El artista se centra en ella en esta institución de justicia tan valenciana, a la que homenajea por sus cualidades civiles y democráticas y por haber pervivido como seña tradicional y propia hasta nuestros días. De hecho, este tribunal consuetudinario viene desempeñando sus funciones desde mucho antes de la conquista de la ciudad por Jaume I en 1238. Con origen romano, los síndicos de las acequias que derivan del Turia e irrigan las huertas de la vega del cap i casal tienen como función dirimir los conflictos surgidos durante la explotación de las mismas. Prestan este servicio público, oralmente en valenciano, cada jueves a las doce del mediodía junto a la puerta de los Apóstoles de la catedral valentina.
En este cuadro se reproduce una vista de una de sus sesiones desde el balcón de la planta primera de la Casa Vestuario. Los numerosos turistas que observan el tradicional acto y, en muchos casos, lo graban o fotografían con sus modernos teléfonos móviles, se han representado con colores desvaídos, porque el pintor trata de hacerlos menguar en cuanto a la importancia de su presencia frente al propio tribunal y el marco que lo acoge. Esa es la única acción que aleja la imagen configurada del hiperrealismo.
Resaltan en la escena, en consecuencia, los miembros de este jurado sentados dentro del recinto que conforman el flanco izquierdo de la puerta de los Apóstoles y la reja baja que los rodea. Justamente en el centro de la composición se dispone la cabeza del alguacil, quedando a su derecha el característico gancho. Ante él, comparece el denunciado acompañado por el guarda de la acequia correspondiente, también con blusón negro. Estos dos personajes se muestran también con una intensidad cromática muy apagada.
La ornamentación gótica de la parte de la catedral que queda en el fondo se pinta minuciosamente. El pintor evita presentar completamente las esculturas principales y se centra en la representación de los elementos secundarios labrados sobre los sillares de piedra. Entre estos, son muy frecuentes los escudos de armas reales de la Corona de Aragón: los cuatro palos de gules en campo de oro de la Casa de Barcelona, que reinó entre la fundación de la confederación, en el siglo XII, hasta el siglo XV. Solo en ellos se intensifican los restos de la original policromía.
Irónicamente, se alude en el título a la expectación porque solo se encuentra en verdad a la espera del sentido de la decisión el propio acusado, a pesar de la gran cantidad de gente que observa curiosamente el desarrollo del procedimiento.
Santiago Pastor Vila
