A Vicent Andrés Estellés
Estamos ante una obra que es a la vez representativa de la serie “Personatges”, de “Sense Sèrie”, y singular entre todas las que la integran. Pertenece a la primera serie porque identifica indudablemente al conjunto de homenajes a distintas personalidades del ámbito de la cultura propia del artista por el hecho de emplear estrategias pictóricas similares (tamaño, selección del encuadre, disposición en el lienzo del retrato, acromatismo... y, sobre todo, por un peculiar tratamiento en cuanto a textura que los dota de una especial apariencia). Sin embargo, en cuanto a la segunda, cabe destacar diferentes rasgos distintivos, como haremos más adelante.
El poeta y periodista de Burjassot fue un buen amigo del pintor. Sobre su pintura escribió algunos textos de profunda intensidad que dejan constancia de la asunción por parte de ambos de la voz de un pueblo, el valenciano. Miró lo ha retratado en otras ocasiones dentro de esta serie de un modo homologable a las otras obras que la conforman, pero lo presenta en este caso distintamente, por ejemplo, de rotundo perfil, cosa poca frecuente. Lo ha hecho, además, de forma que el perímetro de su busto queda indefinido, desdibujado, permitiendo que este se funda con el fondo sin solución de continuidad.
El retrato en sí, en lo que tiene de figura, se constituye como una masa clara que se dispone equilibradamente sobre un lienzo inundado por un fondo oscuro, casi negro; pero este tampoco se configura homogéneamente, modulando así la percepción de la profundidad. En la parte izquierda se advierte una tonalidad marrón muy oscura, mientras que en la derecha ese virado rojizo desaparece de la base negra. Estas dos áreas se han generado permitiendo que se aprecien unas pinceladas inclinadas, más aún en la parte derecha.
En cuanto a su aspecto, la piel del rostro se muestra ligeramente teñida, aproximándose al tono de la natural. El cuello de la camisa y las gafas se definen, en cambio, solo mediante blancos y grises. La pátina temporal que imprime el característico rayado de esta serie no es muy intensa en este caso y no se aplica sobre las zonas que constituyen el fondo, a diferencia de lo que es habitual.
Las gafas son un elemento fundamental en la composición, y no solo por quedar centradas en el lienzo. Proporcionan profundidad en su cualidad de objeto superpuesto a la cara que, además, aporta en sus lentes unos reflejos. El modo en el que la patilla queda visible, sobre un ámbito en el que ya casi no se percibe la cabeza del retratado, y la manera en la que terminan difuminándose contribuyen precisamente a esa hondura.
Santiago Pastor Vila
