Pau Grau
[...] Estamos en el país de Antoni Miró, y una vez situados dentro de sus fronteras, ya habrán comprobado cómo por todas partes se despliega un enorme espectáculo conformado por imágenes precisas de gran viveza y al tiempo domésticas. Son las imágenes de la humanidad, de aquello que más inquieta a los seres humanos: el poder, la muerte, el sexo, la violencia, el miedo... Es muy probable que tengan ustedes la sensación de estar recorriendo un lugar donde ya han estado antes; sin embargo, se trata de uno de los encantos de este territorio por el cual nos adentramos. Al deleitarnos con las vistas descubrirán objetos de uso cotidiano, iconos extraídos de su realidad más próxima e inmediata, imágenes que forman parte del tránsito regular de sus retinas: [...]Texto completo