La batalla cotidiana
Otis
Nos encontramos ante una obra de un gran movimiento cautivador, situada en un entorno abierto y acotado por bloques, montañas y mar; concebida según una ley de composición interna propia, independiente y no “abeliana”, como se aprecia en la estructura de soporte lineal y núcleo asimétrico. Además, no sólo reconocemos el hecho histórico, sino que la obra nos hace viajar a través del tiempo hasta el momento en que aquél tiene lugar; un tiempo alejado en la distancia, pero cercano en la topología social.
La economía de guerra siempre ha sido la clave del poder de ciertos pueblos y de la desgracia de muchos otros. Hoy este pentagrama en clave histórica nos hace recordar una gran cantidad de angustias vivientes y frustraciones con desarrollo asintótico.