Combate de esperanza
Fèlix Cucurull
Antoni Miró es un gran artista que conecta con la realidad y, rebasándola, denuncia todo lo que le estorba; todo aquello que convierte la vida en una especie de pesadilla para la mayoría de los habitantes de nuestro planeta; una pesadilla que aplasta el sueño que quiere ir en busca del paraíso -de una especie u otra de paraíso-.
Y entre sueño y pesadilla, Antoni Miró manipula la forma, el color, y nos pone delante el hallazgo de imágenes que nos entran por los ojos y nos estallan en la sangre, como bandera de lucha. Y el dolor y la esperanza son nuestros con él y el camino es menos pesado, si bien siempre fugaz todo ello para que el tiempo se nos escurra en un pozo sin fondo. El arte es de ahora y por ahora; es combate de esperanza y dolor. La duración no importa; que, salvo el espacio que perdura inmutable, nada puede ser eterno, que la forma, el color y la luz son finitos, y el latido de la sangre. Todo se acaba.
Los carteles de Antoni Miró pueden ser perdurables como el mármol esculpido, como el bronce. Son un clamor del momento que vivimos que nos penetra y avanza con nosotros, atravesando despeñaderos, rompiendo límites.