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Y Antonio Miró se "Mani-festa"

Carme Jorques i Aracil


“No et limites a contemplar aquestes hores que ara venen.
Baixa al carrer i participa.
No podran res davant un poble unit, alegre i combatiu”
Vicent Andrés Estelles

Hablar de Antoni Miró es hablar de la identidad, de la cultura y del sentimiento de amor por nuestro País Valencià. Y sabemos que lo hace con premeditación y nocturnidad, de modo que cuando el mundo se levanta, Antoni ya "ho ha pensat i fet ".

Esta persistencia y terquedad, inasequible a cualquier interferencia que le desvíe de su compromiso firme y profundo, con inteligencia, honestidad e ironía, capaz de involucrarnos desde su obra es, sin duda, su seña de identidad.

Con su gran capacidad de nutrirse de la realidad, utiliza los códigos de la misma a través de los medios de comunicación, que es lo más parecido a reutilizar hábilmente, de forma inteligente y eficaz, los recursos con los que nos manipulan y atacan los medios, para, a modo de bumerang, utilizar sus propias armas, denunciando desde el Arte, las injusticias, la precariedad y, además, hacerlo incansablemente, tercamente, sin concesiones, tantas veces como detecta una injusticia a la que mostrar su rechazo.

Las imágenes cotidianas, producidas en masa, los hechos registrados, las injusticias en instantáneas con “voluntad de paso”, quedan fijadas para la historia y pasan a ser elementos de reflexión de la misma y éstas, lejos de su origen cosificador y manipulador, quedan transformados de manera bellísima en elementos de reflexión, de denuncia, como dice Néstor Novell: "las imágenes no son sólo un acto de denuncia, sino también, un reclamo para la ternura, la estima, la memoria y la subversión"

Antoni Miró nos muestra en la serie Mani-Festa la respuesta del pueblo, todo un macro-políptico de un pueblo vivo, que responde a las agresiones de los poderes y de los poderosos, la respuesta a su codicia, a la especulación, a una permanente y nada sutil situación de agresión; la permanencia de estructuras de poder que nos mantienen en una extraña anomalía histórica. Como puntualiza Joan Llinares sobre su obra "... Y los desahuciados son el último veredicto de la causa del dinero, dañada instancia del capital injusto que se sacia de cadáveres, cada día, y en cada momento que pasa".

Antoni Miró, no pasa de largo, no se queda en la superficie, entra de lleno en el problema social, toma partido y se suma a la respuesta del pueblo y lo hace con esperanza, se sabe "cargado de razón", cargado de justicia, con el ánimo del ganador, y ofrece como respuesta un mar de imágenes decididas y valientes.

Nos muestra con su obra que el pueblo no está sometido; tiene capacidad de respuesta y Antoni Miró, sumándose se multiplica, creando una obra enorme, impactante, esperanzada, alegre, cristalizando así las palabras de Vicent Andrés Estellés "no te limites a contemplar estas horas que ahora vienen. Baja a la calle y participa. no podrán nada ante un pueblo unido, alegre y combativo"

Como acertadamente destaca Román de la Calle sobre la serie Mani-Fiesta: "La Libertad de Expresión va pareja con los derechos de manifestación y es evidente que en las sociedades y sistemas democráticos representen el mejor medio de cultivo para canalizar diferencias de opinión respecto al ejercicio del poder. Por eso hay que asumirse como el mejor baremo y medio para detectar las posibles anomalías de la salud democrática de las sociedades, cuando se intenta amordazar, reducir o minimizar - mediante normas y leyes sobrevenidas- estos desarrollos reivindicativos de la vida cotidiana"

Sobre Mani-Fiesta, nos dice D. Betoret desde Punt-Avui: "Antoni Miró refleja a golpe de imagen, de instantánea del momento, la convulsa realidad de un mundo que ha visto llenar sus calles, plazas y avenidas de riadas de personas protestando contra el cual, Antoni considera" no una crisi, sinó una gran estafa" de la que culpa indistintamente a políticos, banqueros y financieros que han arruinado a la gente; "Si poguera ficar-los en la presó, els clavaria, com no puc, pinte aquestes coses".

Y Antoni Miró, a través de la creación artística muestra, con pasión y con intensidad, las represiones, cargas y manifestaciones por todo el mundo, Cisjordania, Australia, Chipre, Palestina, Portugal, Ucrania, la Primavera Valenciana; las manifestaciones independentistas en Cataluña; o contra los desahucios... con una mirada vigilante, una respuesta ideológica inequívoca y contundente.

Mani-Festa constituye un auténtico mural de la revuelta social contra los abusos de poder con que Antoni Miró pone "su acción, tanto personal como creativa al servicio de lo que considera justo y digno, por tanto, de ser defendido, dando forma al compromiso que significa la obra de arte", escribe Josep Sou.

Las obras de Antoni Miró, no responden a un Arte oficialista, está realizado desde la resistencia activa, con la misma actitud que artistas de prestigio en los 50-60 impidieron ser utilizados por la dictadura franquista. Irreductibles, resistieron y optaron decididamente por la denuncia de la barbarie y la fidelidad intelectual al respeto democrático y el progreso social. Y Antoni Miró pagó como otros artistas consecuentes, su compromiso social.

El País Valencià fue doblemente reprimido y sometido, su historia, lengua y cultura, manipuladas y sistemáticamente ignoradas. Estigmatizado como última resistencia de la República, despreciados sus poetas, artistas, músicos, artesanos, escritores, científicos y tanta, tantísima gente injustamente ignorada. Intencionada y maliciosamente desmembrado "de nord a sud, de mar enllà".

No fue fácil para los artistas irreductibles que resistieron. Los artistas en el exilio plantaron cara visualizando la represión, y demostraron que el Arte es arma poderosa.

Pero si el exilio interior fue terrible, la durísima Transición no se quedó atrás, y desde nuestro maltratado País Valencià, con la especial acumulación de ataques de la dictadura, que duró mucho tiempo, demasiado tiempo...solo había escasas opciones: marchar al norte para poder sobrevivir "donde dicen que la gente es culta y libre" como resaltaba Salvador Espriu en su "Assaig de càntic en el temple":

Oh, que cansat estic de la meva
covarda, vella, tan salvatge terra,
i com m’agradaria d’allunyar-me’n,
nord enllà,
on diuen que la gent és neta
i noble, culta, rica, lliure,
desvetllada i feliç!

Como fue el caso de nuestros poetas-cantantes Ovidi, Raimon; escritores como Isabel-Clara Simó, Joan Fuster, Estellés y artistas como Genovés; o crear un espacio impenetrable donde resistir, como Antoni Miró desde las raíces del Mas Sopalmo, auténtico espacio de cultura y arte, y una isla de "resistencia activa".

...i estimo a més amb un
desesperat dolor
aquesta meva pobra,
bruta, trista, dissortada pàtria.

Antoni Miró nos muestra con esta imagen, protegido por los muros impenetrables del Sopalmo, una auténtica fortaleza y fábrica de ideas, preservando nuestra lengua, arte, literatura, historia "nuestra claro", contra la cerrazón empobrecedora y centralista, que con su permanente presión, intenta asimilar a los creadores insobornables. No obstante con la inteligente compañía de Sofía y Ausiàs, su maravilloso refuerzo, no tienen nada que hacer.

No deja de sorprendernos un Antoni Miró tan vital, testimonio crítico de la realidad más actual, la cual "procesa" con la fuerza y energía de los que no se dejan engañar, y nos invita a pensar, a sentir, a tomar partido. Su obra es un claro ejemplo de reflexión en la acción. Y eso es exactamente lo que hace, no se limita a observar, participa y todo lo que pasa ante su mirada, pasa a sus obras.

Su obra nos ayuda a mirar, ver y pensar, nos anima a sumarse a este río alegre y combativo que mantiene el imaginario de nación completa.

Desde su primer premio en el 1960 y su primera exposición individual en 1965 hasta hoy, ha realizado una intensa y vasta obra, reconocida internacionalmente; con un gran registro de técnicas y recursos, desde grabados calcográficos, planografías, esculturas, pinturas, collages, a infografías, con un lenguaje plástico complejo y diverso a lo largo de numerosas series y etapas ... pero siendo como es su obra, importante y muy significativa, lo es mucho más su dedicación infatigable a la difusión y fomento de proyectos artísticos y a la promoción de nuestro Arte y Cultura, una actividad que es, sin duda, una muestra de amor y de generosidad.

Isabel Clara Simó que lo conocía muy bien nos decía: "Pinta per denunciar la realitat, per mirar-la amb ulls de foc, per trencar el silenci de la fatalitat. Antoni Miró és un combatent. I, tot i així, és tendríssim i carregat d'amor. Digueu-li solidaritat, si voleu ..."

Es a través del Arte donde la ternura y la sensibilidad se convierten en un arma de construcción y reflexión que sirven para recordarnos la necesidad de fomentar, en la sociedad, os valores de paz, tolerancia, justicia, libertad y solidaridad; que impidan que en un futuro es repitan hechos lamentables de nuestra historia ..

Y Antoni Miró sigue caminando, "tant capbussat dins seu, en la nit" como diría su gran amigo Ovidi, incansable, silencioso y reflexivo ... dejando un camino precioso, sembrado de sensibilidad, amistad, poesía, arte y adornado con dosis de irreductible terquedad y amor por su país y su cultura ... el nuestro, la nuestra.

Antoni Miró, de Museu

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