Una entrevista con Antoni Miró – Ideología, arte y política
Beatriz Aisenberg
Por Beatriz Aisenberg
Realizada a finales de 1999 (revisada recientemente por el artista), aclara y confirma diferentes aspectos de su posición política.
p.: pregunta
r.: respuesta
*: notas
p. ¿Cómo definirías tu posición ideológica?
r. Me identifico con el socialismo auténtico, real, lejano de cualquier asociación con los partidos políticos actuales. Me interesa todo lo que conduzca a la liberación del ser humano, en su totalidad, sin diferencias de religión o nacionalidad. Mi credo es la libertad, la justicia y la solidaridad con los oprimidos.
p. ¿Defiendes esta posición desde el inicio de tu carrera?
r. Sí, mi ideología no se ha modificado, por el contrario, con el paso del tiempo, se reafirma y consolida. Desde 1965, cuando fundé el grupo Alcoiart, pretendía enlazar el arte y la sociedad con la finalidad de mostrar las contradicciones que forman parte inherente de los sistemas sociales opresores. Hoy (2003) sigo manteniendo el mismo objetivo.
p. ¿Te consideras un artista de protesta?
r. Intento serlo y puesto que no puedo modificar la realidad como quisiera, al menos pretendo mostrar esa realidad desde el punto de vista más crítico para transmitir una mirada que recuerde a la sociedad sus implicaciones ético-estéticas y sus complicidades con la existencia de exclusiones, violencias y opresiones. Por lo menos quiero recordar la realidad para que no olvidemos a las víctimas de la violencia y la opresión. El arte es un instrumento de la cultura que influye sobre la sociedad. De manera que no tengo uno, sino varios compromisos de tipo político-social, estético-nacionalistas, ecológicos, etc. Las series de las décadas de los 60 y 70 tratan conflictos sociales y políticos, como el hambre en Biafra, la guerra de Vietnam y el golpe de estado en Chile que dieron lugar a las series La fam (1966), Vietnam (1968) y la subserie Chile (1973-1976, incluida en la serie El dólar). La serie Pinteu pintura de los 80 representa un homenaje al País Valenciano y a su cultura, es una de mis últimas series. Vivace* refleja mi preocupación por la salud del planeta y un aviso de alarma contra la indiferencia de la mayoría.
p. ¿Has participado en exposiciones de carácter político anti-gubernamental o anti-franquista, o colaborado con Amnesty International?
r. La lista de exposiciones políticas y antifranquistas en las que participé es muy extensa, entre ellas cabe mencionar “Amnistia che tratta di Spagna”, Milán (1972); “Artisti d’Avanguardia per la Resistenza Cilena”, Brescia (1973). La mayoría de estas exposiciones fueron itinerantes, realizadas en diferentes países y ciudades de manera que alcanzaron una difusión importante. “Proceso a la violencia” pudo verse en Madrid, Altea, Tenerife, Bilbao y Valladolid. Estaba planeada exhibirla también en Barcelona (Galería Nova), pero lamentablemente fue prohibida. La exposición “Museo Internacional Allende” circuló en 1978 por distintas ciudades españolas, igual que la titulada “Homenaje a las víctimas del franquismo”, realizada entre 1986 y 1989. En 1980 participé en una exposición realizada en Valencia (Sala Parpalló), auspiciada por Amnesty International.
p. Naciste en 1944, cinco años después de finalizada la Guerra Civil española, que condujo al establecimiento de la dictadura de Franco. ¿Qué significaron para ti la guerra y la dictadura?
r. Mi padre vivió la Guerra Civil. No tenía una ideología definida, su vida era el trabajo, la familia y no hacer daño a nadie. No creía en la política. Como a tantos le tocó participar en la guerra pero nunca se comprometió política o ideológicamente La única coincidencia que encuentro, entre mi padre y el gobierno de la Segunda República, es que era anticlerical. Gran parte de la guerra la pasó trabajando en la reparación y la construcción de carrocerías del parque automovilístico del ejército rojo, en el frente estuvo poco y volvió con un recuerdo terrible. La Guerra Civil española fue mucho más importante de lo que parece, creo que ahí quedó esbozado el futuro que hemos tenido, cuyas consecuencias las vivimos incluso hoy. Occidente se definió (por Franco) y nuestras vidas son el resultado de aquello. En mi opinión, la guerra fue realmente la experimentación colectiva de una gran derrota histórica a nivel europeo y mundial. En este contexto de asfixia moral, ideológica y política, pienso que la función del artista ha de ser la de denuncia.
p. Es significativo que mientras los artistas de izquierda de los años 60 y 70 como Genovés, Canogar, Arroyo y los miembros de Equipo Crónica, entre otros muchos, crearon obras de denuncia antifranquista, tú que también te identificas con la misma posición no has creado obras que transmitan un mensaje de protesta dirigido específicamente contra la dictadura de Franco, identificándote con sus víctimas, y sí has desarrollado las series Vietnam, o la subserie Chile. ¿Por qué?
r. Aunque no tenga una serie referida al contexto de la dictadura franquista, creo que en segunda instancia todas mis obras están inspiradas en la dictadura. Cuando pinto a los negros y los problemas raciales de Estados Unidos, estoy pintando a nuestros negros reprimidos social y culturalmente. Pretendía transmitir un mensaje antifranquista, pero estratégicamente, con la intención de no provocar al régimen. La situación interna de España la podías contar en el extranjero, aquí te invalidaban. Además, la serie El dólar, creada entre 1973 y 1980, contiene muchas obras de carácter antifranquista, como Represión medieval, Las lanzas y Homenaje a Miguel Hernández. En esta última obra, a través de la técnica del trampantojo, creo la ilusión de pegar recortes de periódicos (que contienen las imágenes del poeta) con trozos de sellos que representan la efigie de Franco, por valor de dos pesetas. A pesar de los intentos del franquismo por eliminar la ideología de la Segunda República, ella vive gracias a la obra de sus creadores, como Miguel Hernández. Por otra parte, fragmentos del Guernica de Picasso aparecen en mi pintura desde los 80, como medio de reforzar mi postura frente a la agresión y la injusticia que caracterizaron al régimen franquista en particular y cualquier otro sistema represivo en general.
p. ¿Quién es Miguel Hernández, qué representa para ti?
r. Tengo gran admiración por los poetas, en el caso de Miguel Hernández se une la ética y la estética como una sola expresión.
p. ¿Algunas de tus obras fueron censuradas por la dictadura?
r. En los años 70 en Benidorm me retiraron dos dibujos de una exposición, uno por razones políticas y otro por cuestiones morales. Fui juzgado por “escándalo público”. Después de vivir un año bajo libertad provisional, sin pasaporte y del pago de una elevada fianza, conseguí la absolución.
p. ¿Cuál era el tema de los dibujos censurados?
r. Uno representaba una manifestación y el segundo desnudos. En ambos se trataba de una crítica a la iglesia católica.
p. ¿Qué te impulsó crear la subserie Chile (perteneciente a la serie El dólar)?
r. Es una serie que nace el mismo año del levantamiento militar como protesta y denuncia ante el poder de las armas y los dictadores. Unos días después del golpe militar ya empecé a pintar las primeras obras de la serie, lleno de indignación, rabia e impotencia.
p. ¿Has colaborado con el Museo Salvador Allende, levantado en su homenaje y recuerdo?
r. Sí, he donado la obra Quatreta de Xile y Record viu, que recuerdan la represión de un pueblo iniciada el 11 de septiembre de 1973. Este país que durante un breve momento histórico había conseguido la libertad de una vida digna del ser humano, es sumido de nuevo en la miseria y la violencia por la terrible intervención militar amparada por los Estados Unidos y su economía, el dólar*.
p. Las obras de la subserie Chile rinden un homenaje al presidente asesinado Salvador Allende, denuncian el golpe de estado y la violencia que dominó en el país y acusan a los Estados Unidos de intentar dominar el mundo, pero ¿no incluye ninguna obra que acuse al general Pinochet?
r. Pinté algunas obras referidas específicamente contra el general. Su retrato aparece en varios cuadros: en Quatreta de Xile, obra en la que además esta reproducida la portada del Libro negro de Chile*, y en los rostros de los soldados (que desfilan al “paso de la oca”) en el cuadro Made in USA, el rostro del dictador con sus gafas negras ocupa la parte central de los billetes de un dólar.
p. En los años 60 fuiste miembro del grupo Alcoiart y en los 70, aunque continúan proliferando en España grupos y equipos, en lugar de reunirte con tus colegas, te unes en 1972 al grupo activo Denunzia, en Italia, formado por dos españoles (Julián Pacheco y Antoni Miro) y dos italianos (Bruno Rinaldi y Eugenio Comencini) apoyados por el crítico Floriano de Santi. ¿Por qué preferiste actuar fuera de España?
r. En 1970 fui procesado por “escándalo público”, me faltó poco para ir a la cárcel y no podía seguir tentando la suerte, pues estaba muy “fichado”. En lugar de censurar el mensaje de protesta, preferí transmitirlo desde el exterior.
p. ¿Cuáles eran los objetivos del grupo Denunzia?
r. Como su nombre indica, su objetivo fue denunciar la barbarie de la conducta humana y en particular de la irresponsabilidad de los gobiernos que desprecian la vida y la libertad y conducen a la humanidad a una situación caótica de barbarie, violencia y muerte. Con Bruno Rinaldi sigo colaborando y organizando exposiciones, y con Floriano de Santi i Comencini. Julián Pacheco murió en marzo de 2000, a los 63 años de edad.
p. Tus obras reflejan una reacción a los conflictos políticos según los cuales te identificas más como valenciano/catalán que como español. ¿Te sientes más catalán que español? ¿Por qué?
r. España es más bien un sinónimo de “Castilla” y yo no soy castellano.
p. ¿Qué significa ser un artista nacionalista que defiende la cultura catalana?
r. Con respecto a mi cultura y a la de todos los pueblos de la tierra, abogo por la independencia. Ningún pueblo debe de estar sujeto a otro, ya que los pueblos y las culturas tienen derecho a su libertad y todos deben de ser solidarios. Políticamente desde los años 60 apoyo los partidos de izquierda nacionalista (progresistas y respetuosos de las culturas autóctonas). Mi participación se reduce al punto de vista cultural, ya que considero nación y cultura como una misma cosa.
p. ¿Consideras que la defensa del nacionalismo catalán, vasco o gallego justifica la violencia y el terror?
r. No, pero tampoco justifica el “terrorismo de Estado”, ni aquí ni en ningún país del mundo.
p. Como hombre que defiende la vida, ¿qué opinas del terrorismo internacional?
r. En principio soy pacifista, pero en mi opinión es intolerable que las potencias mundiales puedan hacer lo que les venga en gana y que los estados o naciones pequeños tengan siempre que claudicar, aun teniendo toda la razón.
p. ¿De qué obra tuya que defiende la cultura catalana estás más satisfecho?
r. Posiblemente de la pintura objeto Llances imperials (1976-1977), tanto por el esfuerzo de la realización como por la claridad de su mensaje, que desgraciadamente estará vigente durante mucho tiempo.
p. Tus catálogos no se caracterizan por presentar tus ideas o declaraciones sobre tu obra. ¿Por qué?
r. No soy partidario de dar muchas explicaciones, ya que siempre he pensado que la obra debe de justificarse por sí misma, mi intención es comunicar ideas, expresar sentimientos, iniciar un diálogo con el espectador, para lo cual la obra debe de ser autosuficiente. Todas las teorías son un adorno innecesario, muchas veces inútil, que demuestran la poca claridad de la comunicación del artista que crea su propio código, al que no puede acceder nadie más. Entonces necesita teorizar mucho para hacerse entender. Yo creo que el esfuerzo hay que hacerlo antes, pensar cómo puede el público conectar con tu obra y hacerlo adecuadamente, tanto ética como estéticamente, para que los demás puedan llegar a interpretar tus sueños y realidades, partiendo de cosas comunes, de las propias necesidades compartidas.
p. ¿Crees que logras estos objetivos en todas tus obras?
r. Probablemente no en todas. En mi intención de valorar el lenguaje artístico tanto como el mensaje social se establece un diálogo entre estos dos factores, no siempre igualitario, por el cual, en algunas pinturas, los aspectos estéticos dominan sobre los ideológicos y viceversa. Aunque en mi caso son inseparables y no existe una cosa sin la otra.
p. ¿Qué es lo que te impulsa a crear una obra política sobre Biafra, Vietam o Chile?
r. Dejar constancia y testimonio de una situación lamentable, de un país o de un gobierno. Con mi obra pretendo responsabilizar a los dirigentes para que reaccionen y se pueda corregir o solucionar. Mi deseo es que el público reflexione sobre los acontecimientos ya que el arte, como cualquier manifestación humana, ha de tener un motivo que tiene que servir para contribuir a cambiar la sociedad en que vivimos. El artista, y por extensión su obra, no son ajenos al resto de los acontecimientos de la realidad, tiene que estar conectado con el mundo, no puede vivir al margen, protegido en una torre de marfil.
p. ¿Qué representa para Antoni Miró el comandante Che Guevara? Figura que aparece en distintas obras, desde 1970.
r. Tengo varias obras relacionadas con el Che. Para mi es uno de los símbolos más puros, más dignos y menos contaminados. Igual que el Che, sigo aspirando a la libertad de todos los pueblos de la tierra.
p. Tú eres uno de los artistas modernos que se ha interesado por las víctimas políticas internacionales, creando varias obras en reconocimiento de su labor. Tus obras rinden homenaje a las víctimas de la violencia como Martin Luther King, Salvador Allende, Che Guevara y Miguel Hernández, pero no a otras víctimas del régimen franquista entre los que cabe mencionar a Julián Grimau (líder comunista asesinado en 1963) o Salvador Puig Antich (militante del MIL, Movimiento Ibérico de Liberación, de tendencia anarquista) asesinado por garrote vil en 1974. ¿Qué puedes comentar al respecto?
r. En los años que llevo trabajando he hecho bastante, pero aún queda mucho por hacer. Es imposible abarcarlo todo.
p. Tus simpatías por el Che, Cuba, los mártires de la violencia como Martin Luther King por un lado, y tu agudo criticismo contra los Estados Unidos, y su régimen político, por otro, te convierten tal vez en uno de los escasos artistas identificado en la lucha contra el imperialismo y el capitalismo. ¿Eres consciente de tu posición aislada de la corriente que domina el arte de hoy?
r. Por supuesto, y espero que vengan tiempos mejores.
p. ¿Qué obras presentaste en la exposición “Para Cuba” realizada en Cuba en el año 2000?
r. Es una antológica que sigue recorriendo distintas provincias cubanas, compuesta por 130 obras y que, al finalizar su itinerancia, quedará definitivamente en algunos museos, para el pueblo cubano.
p. El arte español comprometido de los 60 y 70 no derrocó al general Franco, aunque contribuyó a debilitar y desprestigiar su régimen. Hoy, al comienzo del siglo XXI, ¿no crees que tu posición de pretender cambiar el mundo es utópica?
r. Posiblemente lo sea, pero en mi opinión, como comenté anteriormente, el arte, como cualquier manifestación humana, ha de tener una función social, es decir, debe contribuir a cambiar la sociedad en que vivimos. Para mí la finalidad del arte es la comunicación, decir cosas, tomar postura. Yo creo que todos debemos tener una posición en la vida y mantenerla aun cuando nos exija un precio muy alto.
p. ¿Cuáles han sido tus últimos proyectos?
r. En 2001 he pintado la subserie Debajo del asfalto está la playa, que pertenece a la serie Vivace* que se expuso en la Universidad Politécnica de Valencia. Esta subserie continua desarrollando el tema de la degradación de la naturaleza pero, a diferencia de las obras anteriores, están realizadas en su preparación con el aporte del ordenador.
p. ¿Qué planes tienes para el futuro cercano?
r. Estoy preparando una exposición itinerante de 50 obras denominada “Viaje interior” de la nueva serie Sin título (Sense títol), además de organizar otras exposiciones itinerantes. Una que viajará por Sur América (Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, etc.) y por Europa y otras en el Estado español.
* Serie Vivace: término tomado del campo musical que significa interpretación animada, rápida y vivaz.
* En enero del 2003 se presenta “Antoni Miró, una intensa trayectoria” en el Museo de la Solidaridad Salvador Allende de Santiago de Chile con la asistencia al acto inaugural de Isabel Allende.
* Libro negro de Chile, texto de autores anónimos que recoge testimonios del golpe de Estado de Pinochet y la represión que lo caracterizó.