David Rico
[...] Prescinde de aquello superfluo, para centrarse en las figuras que contienen el mensaje, la fuerza comunicadora, transmitiendo el dolor y la desesperación, el rechazo y la tristeza, la decadencia consentida de una parte de las sociedades actuales del mundo. Y lo consigue a partir de la disposición concreta de las figuras, desde la fuerza de una mirada, el uso intencionado de un detalle o determinados colores que impregnan de vida y atractivo la imagen representada. [...]Texto completo