Obra reciente de Antoni Miró
Carlos Delgado
Poseedor de una amplia sensibilidad receptiva, Antoni Miró, (Alcoi, 1944) va más allá de la apariencia de las cosas, investiga el referente sensible y lo adapta a su particular lenguaje plástico. Al percatarnos de a visión del mundo que rodea al pintor podemos deducir que el suyo no es un discurso de la apropiación, sino el de una potente reinterpretación de lo representado a través de los elementos fundamentales en su discurso plástico y concretamente en su trabajo reciente, la serie “Sense Títol”: el dibujo y el color. Junto a ellos, la descontextualización de elementos y la originalidad de los puntos de vista potencian la expresividad de una obra inusual por su mezcla de ironía política e inteligencia plástica. Antoni Miró es un creador al que tradicionalmente se le sitúa como heredero del pop-art, pero su originalidad y expresividad nos advierten que estamos ante una figura cuya obra no admite ningún tipo de encasillamiento delimitador, pues son muchos los modos de lectura que permiten unos trabajos tan sugestivos como los suyos.
Su obra transcurre entre unos parámetros estéticos e ideológicos muy particulares, pues Antoni Miró lleva a cabo unas imágenes impactantes y magníficamente resueltas desde el punto de vista plástico, pero además elabora un arte apegado al contexto de la problemática concreta del momento, poniendo de relieve los desequilibrios sociales existentes. En este sentido, hablamos de un creador imbricado en su momento histórico, que no mantuviera un compromiso con lo real, como una personalísima apuesta ética y estética de espléndidos resultados. En sus sugestivos trabajos, el pintor alcoyano emplea un lenguaje lleno de hallazgos que conmueve nuestra sensibilidad por todo aquello que atesora, fundamentalmente porque es imposible contemplar su obra sin comprometerse más allá de la plástica.
La obra de Antoni Miró se inicia dentro del expresionismo figurativo, si bien a finales de los setenta se identifica planamente con el movimiento artístico “Crónica de la realidad”, inscrito dentro de las corrientes del pop-art y del realismo. Desde entonces, su obra ha ido evolucionando hacia un quehacer plástico cada vez más personal y sorprendente, y ha participado en cientos de muestras individuales y colectivas celebradas en Europa, Asia y América.