Adrià Miró
[...] Autodidacta intuitivo, la vocación le vino muy primeramente: naturalezas muertas, paisajes, retratos, con un poco de Cezanne o de Vázquez Díaz. Alguna escapada a la pintura abstracta le llevó al convencimiento de que su línea era la del realismo, el figurativo, un realismo más o menos expresionista o más o menos minucioso y fotográfico, según las épocas.[...]Texto completo