Principio

La pintura del artista Antoni Miró es una atalaya formidable para observar los ritmos de la historia reciente. Aunque “La Historia nada hace, ni posee una riqueza inmensa, ni libra batallas. Es el hombre, el hombre real y vivo, quien lo hace todo, quien posee y lucha”, sentencian Marx-Engels, en Gesamtausgabe, I, iii, 625. El pintor resuelve, con la serenidad de las horas domésticas, la visión universal de la institución vital de la existencia, tanto como resume, en el subrayado especial de sus lienzos, el corpus documental de los tiempos.

Y todo se torna en reciprocidades, se aúna en trabajo indeleble y se legitima en la pasión por contar, sin repliegues historicistas, la historia que el artista contempla desde el silencio austero y fértil. Seguramente la experiencia, o el valor del conocimiento, indagan acerca del alcance de todos los matices que la verdad envuelve. Pero la autenticidad del equilibrio de las formas abriga el descubrimiento de los deseos colectivos: “El contenido de la  historia no puede ser captado más  que a medida que vamos experimentándola”, resume E. H. Carr en ¿Qué es la historia?, E. Seix Barral, S.A., 1970, pág. 156.

Josep Sou