Valentina Pokladova
[...] Así pues, el rol del artista que alimenta la cultura es grandioso. Miró es prácticamente kantiano: no cree en la bondad natural, sino en la cultura. Sustituye la naturaleza por la persona, suplica a la espiritualidad humana, dice la verdad que uno quiere mantener escondida. Su serie de litografías "Viatge interior" continúa especulando sobre el hecho de que las ideas comunes sobre la estabilidad mundial han sido destruidas de nuevo, el sentido y los postulados morales han decaído, y la civilización trastornada parece marchitada por el racionalismo, neurótica a causa de los prejuicios. [...]Texto completo